La sardina, el más humilde de los pescados que habitualmente consumimos, pueden convertirse en un artículo de lujo, incluso desaparecer de nuestra dieta. El Consejo Internacional para la Explotación del Mar (ICES) han publicado sus ultimos estudios sobre la actividad pesquera en aguas del Atlántico y el Cantábrico. Según este comité de científicos, los planes actuales de restricción de capturas de sardinas no han logrado que el peligro de desaparición de este pescado disminuya. Para asegurar el futuro de esta industria, sugieren que la pesca se suprima durante los próximos 15 años. Este informe no es vinculante para la Comunidad Europea, pero esta no tiene más remedio que tomar una difícil decisión, que dejará en el dique seco a gran parte de los barcos pesqueros portugueses y españoles. Esperemos que opte por lo correcto, el pan de hoy no puede ser el hambre del mañana.
La sardina no sólo es importante para el consumo humano, también constituye el alimento de las demás especies, sean atunes, emperadores o mamíferos marinos. El ocaso de este pez será desastroso para el ecosistema marino.
Las especies que conocemos como sardinas son más de 100, todas dentro de la clasificación de dupeidos, pero la común es la especie Sardina pilchardus, la conocida como sardina europea. Las demás varían en tamaño, anatomía y distribución, pero su biología es similar.
Sardina pilchardus puede vivir 8 años y llegar a medir 25 cm. Tiene un dorso gris oscuro, flancos azulados y vientre blanco plateado. Vive en grandes bancos, durante el invierno en zonas de hasta 150 metros de profundidad. En las estaciones cálidas se acerca a la costa para reproducirse. Una hembra puede producir hasta 60.000 huevos de 1,5 milímetros de diámetro, que quedan flotando en el mar formando parte del plancton, base de la pirámide alimenticia de todas los seres marinos.
La humanidad lleva mucho tiempo sobreexplotando, contaminando y ahora, calentando las aguas marinas. Lo que está ocurriendo con las sardinas pasa con el pulpo, la merluza, el bacalao… y un día, no muy lejano, ocurrirá con la humanidad, abocada a un futuro canibalismo. Exijamos a los políticos del mundo entero que se tomen los avisos en serio y que dejen de desprestigiar a las voces sabias de científicos y ecologistas. Si es preciso, dejemos 15 años de comer sardinas o lo que sea preciso. Hay muchas alternativas, entre ellas, las granjas acuáticas, que nos permitirán seguir consumiendo proteína de pescado y ácidos omega. Apostemos por un futuro sostenible.
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