El Diablárbol (un relato de terror botánico).

El aire estaba tan caliente que resultaba casi imposible de respirar. El sol, en su apogeo, caía inmisericorde. Yo, agotado tras una larga caminata, no podía dar ni un paso más. A lo lejos, divisé un enorme árbol que destacaba, solitario, en mitad de la llanura. Reuniendo las escasas fuerzas que me quedaban, me dirigí…