Liquidámbar, un bello nombre para un hermoso árbol.

Esta especie arbórea, nativa de América, debe su nombre a su resina, de la que se obtiene un producto que se conoce como ámbar líquido, un reputado bálsamo cosmético y medicinal. En otoño, las hojas, antes de caerse, adquieren unas preciosas tonalidades que oscilan desde el amarillo al color vino, lo que lo convierte en un árbol muy estimado en jardinería.

Descripción de Liquidambar styraciflua

En este caso, el nombre común, en castellano, coincide con el nombre científico del género* en latín (idioma donde no existen las tildes), circustancia poco frecuente. El motivo no es otro que el primer botánico que lo describió, en 1651, era un español F. Hernández, tras encontrarlo durante una expedición científica al continente americano. Los nativos de méxico lo conocían como zocol. El botánico español lo bautizó de este modo, porque producía una resina** semejante a un producto conocido como ámbar líquido, muy conocido en el mercado de cosméticos exóticos provenientes de Asia, que se obtenía del árbol Altingia excelsa.


* Todas las especies, da igual el reino a que pertenezcan, están identificadas por dos nombres latinizados: El primero es el género, en esta ocasión Liquidambar. El segundo es el específico, en este caso styraciflua, que significa «rico en sustancias gomosas». Un género puede incluir una o varias especies, con distintos nombres específicos. De este género solo se conoce una especie.


** La resina es una secreción orgánica de ciertas plantas, sobre todo árboles, que sirve como barrera de protección contra insectos y micróbios patógenos.


Liquidambar stryraciflua una especie de considerable porte, hasta 35 metros, de silueta piramidal y de tronco rugoso. Las ramas jóvenes presentan unas protusiones aplanadas de consistencia semejante al corcho.

Las hojas tienen forma de estrella irregular, aproximadamente, del tamaño de una mano con los dedos extendidos. Como hemos indicado al comienzo del post, en otoño adquieren los colores que hacen de él uno de los más estimados árboles ornamentales que pueblan los parques y jardínes de todo el mundo.

Las flores son poco llamativas, formando agrupaciones gobulares masculinas o femeninas.

El fruto es esférico, del tamaño de una ciruela, pesado y seco, compuesto por cápsulas, que se abren en el árbol y liberan de 1 a 2 semillas elipticas de 1cm con un ala traslúcida que les permite ser diseminadas por el viento.

Distribución y ecología

Es oriundo del Sureste de Norteamérica (Nueva York, Misouri, Florida…), donde crecen en terrenos húmedos y pantanosos hasta los 800 metros de altitud.

Además, también es natural de America Central (México, Belice, Guatemala, Honduras…), donde se desarrolla a mayor altitud, pues no soporta el calor excesivo, prefiriéndo también suelos abundantes en agua.

Usos y propiedades

• Los indios norteamericanos (Cheroqui, Choctaw, Koasati) empleaban cortezas, raices y resina como medicina, para combatir la diarrea, la fiebre, afecciones ginecológicas y de la piel.

• En la corte de los emperadores mexicanos, se fumaba la resina mezclada con tabaco.

• A Europa se exportaba la resina, una vez solidificada por desecación, almacenada en barriles de madera. Allí triunfó como cosmético, usándose para mejorar la calidad del cutis y como perfume para guantes, pues su aroma recordaba al ámbar gris, una secrección del cachalote, el top de la perfumería.

• El bálsamo obtenido de esta resina también se le conoce como estoraque, por su parecido a un producto similar conocido con anterioridad, proveniente del árbol Styrax officinale, originario de Indonesia.

• También se han descrito, para la resina de liquidámbar, su utilidad para enfermedades pulmonares y ciática.

• La madera de este árbol, de color oscuro, no es válida para carpintería de exteriores, pues tiene tendencia a deshacerse. Se ha utilizado para fabricar marcos de cuadros y para obtener pasta de papel.

• La resina también se usa como incienso para perfumar estancias.

• Y no podemos olvidar su impotancia como árbol ornamental

Sobrexplotación

Resulta curioso que determinadas especies sean más abundantes en otros lugares bien distintos de su habitat natural. Esto ocurre con determinados animales que viven en cautividad, como trofeo de los humanos «civilizados» o con muchos árboles que pueblan parques y jardines. El liquidámbar es un buen ejemplo de ello.

En Centroamérica, particularmente en México, se explotan estos árboles sobrepasando su límite biológico, de tal modo que se les provoca la muerte. Se estima que la población de esta especie ha disminuido en un 80% en estos últimos años.

La humanidad tiene que replantearse muchas cuestiones sobre su relación con la Naturaleza y también entre sus miembros. Como ilustración de esta necesidad de armonía y a modo de conclusión de este blog, en la siguiente fotografía podemos ver el Memorial del Word Trade Center, homenaje a las víctimas del 11-S, donde los árboles del monumento son de la especie Liquidambar styraciflua.

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