Este post es una reflexión en torno a este endiablado acertijo, pero para no olvidar la orientación de este blog, lo haremos en paralelo a este otro dilema: ¿Qué fue antes, el árbol o la semilla?
Propongo a los lectores que una vez leído el texto, se posicionen. Advierto que existen ciertas reglas del juego. Son muy simples:
• Hay que aceptar como cierta la Teoría de la Evolución, tal y como la formuló Charles Darwin. (Nota: Que nadie se asuste, no es obligatorio aprenderse el libro «El origen de las especies» del autor citado. Con que consideremos que las especies no son inmutables y que las actuales provienen de otras más antiguas, es suficiente.)
• Todavía no se ha fabricado la Maquina del Tiempo, debido a lo cual no podemos comprobar que solución al acertijo es la correcta. De ese modo, todas las respuestas posibles son igualmente válidas. (Nota: Tampoco es necesaria la lectura de la novela «La máquina del tiempo» de H.G.Wells, aunque es una experiencia aconsejable.)
Presentación de los personajes
El protagonista animal pertenece a la especie gallus gallus domesticus, originaria del sureste asiático. Las hembras de esta especie (gallinas) una vez fecundadas por los machos (gallos), producen huevos fértiles, que incubados, dan lugar a nuevos ejemplares. Esta descendencia poseé una información genética aportada casi al 50% por cada progenitor.
Como protagonista vegetal proponemos al pino piñonero, pinus pinea. En este caso, cada árbol presenta los dos sexos, es decir, hay flores masculinas y femeninas. Las flores masculinas producen polen que es capaz de fecundar los óvulos de las flores femeninas y producir semillas, los piñones. Aunque puede producirse la autofecundación, lo más corriente es que ocurra entre árboles distintos. De cada semilla, si encuentra las condiciones adecuadas, surge un nuevo pino.
La respuesta a nuestro enigma no podemos encontarla en las especies contemporáneas, toda gallina proviene de un huevo y los huevos provienen de las gallinas. Necesitamos romper el circulo.
Hace 100 millones de años
Si saltamos hacia atrás en el tiempo, nuestra ave no existe pero si podremos encontar a su antecesor, será en esta ocasión un pequeño dinosaurio, probablemente con plumas y con cierta capacidad de vuelo. Estos animales ponían huevos. No ha habido, en lo relativo a la reproducción, ningún cambio significativo.
Respecto a nuestro pino, ocurrirá algo semejante, será un poderoso árbol de una especie ancestral, que se reproducirá por semillas.
El salto no ha sido suficiente, hay que retroceder mucho más.
Hace 500 millones de años
Saltemos hacia atrás 400 millones de años más, cuando solo había vida en el mar. Nuestro dinosaurio ahora es un pez que nada en los océanos primordiales, puede que ni siquiera tenga ojos, sino un grupo de células fotosensibles capaces tan solo de distinguir la luz de la oscuridad. Sin embargo, no ha habido ningún cambio cualitativo, pues estos animales siguen poniendo huevos para producir nuevas generaciones.
Atendiendo al organismo vegetal que será un árbol, ahora es un alga, que puede reproducirse asexualmente, produciendo esporas que generan organismos nuevos o unos tejidos reproductores que producen gametos que al fusionarse forman zigotos. Esporas y zigotos, al desarrollarse, generan nuevos organismos, siendo su misión equivalente a de las semillas.
Seguimos estando muy lejos de la respuesta: Busquemos en el principio de la vida en el planeta.
Hace 3.700 millones de años
La combinación entre el azar y las leyes fisico-químicas han generado el primer organismo vivo. Una de las características de la vida es la capacidad de reproducción. Este ser pionero, la «gallina ancestral» formado por una única célula, se divide en dos células hijas, los «huevos ancestrales» iguales entre sí y que cuando llegue el momento y sean maduros (primera generación de «gallinas ancestrales»), cada una, generará otras dos.
La evolución comenzará a actuar. Cualquier descendiente de la celula pionera será susceptible de experimentar mutaciones y, además, podrá intercambiar material genético con sus congéneres (lo que supone la aparición del sexo). Asi surgirán todas las especies, pasadas, presentes, futuras y los distintos Reinos ya sea el animal, el vegetal o el de los microbios.
Hemos llegado al primer ser vivo, cuando la materia inerte se convierte en materia viva y es capaz de hacer copias de si misma. Volvamos a la pregunta original:
¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?
Solución al enigma
El acertijo tal y como está formulado tiene cuatro posibles respuestas:
A. La gallina
B. El huevo
C. Ambos
D. Ninguno
A mi modesto entender A,B,C y D participan de la verdad. Intentaré explicarme:
• Las respuesta A podría ser la correcta, sin embargo, lo que hemos llamado «gallina ancestral», no es una gallina.
• La opción B, por extraño que parezca, no es ningún disparate, ya que el primero de los seres vivos es más parecido a un huevo que a una gallina.
• La opción C es tentadora, pues viene a decir que no se puede entender la gallina sin su huevo y viceversa. Ambos se necesitan para existir.
• En el principio de la vida no habia ni huevos ni gallinas, lo que hace bastante apetecible la opción D, también muy válida para no comprometerse.
Y para tí, lectora o lector: ¿Cuál sería la respuesta correcta?
Si os interesa el debate sobre el origen de la vida en nuestro planeta y la ciencia-ficción os recomiendo la lectura del post «Un cometa llamado Génesis» que forma parte del libro: Blogtánico. Una colección de relatos, de reciente publicación. Si quereis consultar la forma de adquirirlo pincha aquí.