Como si de la lámpara de Aladino se tratara, en las leyendas de la India se habla de un árbol divino que tiene el poder de cumplir los deseos de aquel que lo encuentre y lo solicite. Los textos que han originado esta tradición popular están narrados en sánscrito, una antiquísima lengua nacida en los remotos valles del Río Indo, en la que se plasman las sagradas escrituras de varias religiones (hinduismo, budismo y jainismo).
En este post hablaremos de las diferentes especies arbóreas, propias del Subcontinente Indio, que se disputan el honor de ser el mítico árbol Kalpavriksha e intentaremos arrojar algo de luz sobre el asunto. Después, a la vista de los datos, que cada uno forme su propia opinión.
La leyenda del Árbol que cumple Todos tus Deseos
Cuentan que un hombre, fatigado tras una larga caminata, se sentó a descansar a la sombra de un árbol. El viajero, sin saberlo, se había refugiado bajo el Árbol que Cumple Todos los Deseos, el Kalpavriksha.
Sintió sed y deseó tener a su disposición un jarra de agua fresca. De repente, ante sus ojos se presentó el objeto deseado.
Una vez saciada su sed, pensó:
-¡Qué bien me vendría una mullida cama!
Dicho y hecho, de la nada se materializó un cómodo lecho.
El hombre, cuyo asombro iba en aumento, se dijo:
-Ahora, para que todo sea perfecto, solo faltaría que viniera mi mujer.
Y así ocurrió, la esposa del caminante apareció en el lugar.
El viajero, sabiéndose en un apartado lugar y en las cercanías de la selva temió que de las espesuras surgiera un hambriento tigre y lo atacara.
Sin embargo, en el corazón humano, los deseos y los temores están demasiado cerca. Un tigre saltó sobre el hombre y lo devoró.

Origen del Kalpavriksha
Según los Vedas, antiguos escritos religiosos en sánscrito, en los principios del tiempo, los demonios (asura) y los dioses menores (deva), enzarzados en una interminable guerra, no gozaban de la inmortalidad.
Los dioses, hartos de perder batallas y debilitados, temían por sus vidas. Solicitaron la ayuda de Visnú, que les aconsejó que firmaran la paz con los demonios y unieran fuerzas con ellos para extraer el néctar de la inmortalidad, la amrita, de uno de los siete océanos de la tierra, el océano de leche, Kshirodadhi.
Tras miles de años de laboriosos trabajos y la intervención de la tortuga Kurma y la serpiente Vasuki, lograron agitar el océano de leche.
Además del deseado néctar de la inmortalidad, se obtuvieron objetos y seres extraordinarios, entre ellos el árbol de los deseos, Kalpavriksha.
Del mito a la realidad
En los escritos védicos no aparece ninguna descripción del mítico árbol. Podemos suponer que:
• Se trata de una especie que se encuentre en la India desde hace muchísimo tiempo.
• Los deseos de cualquier viajero en un clima caluroso y que pueda satisfacer un árbol, deben de ser sombra y alivio para la sed y el hambre. El resto de los dones concedidos, sin duda, son frutos de la imaginación de los contadores de cuentos.
Posibles candidatos:
• Hay autores que consideran que el árbol que buscamos se trata de la morera. Con este nombre común denominamos dos especies: Morus alba, nativa de China, alimento de los gusanos de seda, o M. nigra, nativa de Persia. Si bien ambas dan sombra y son de frutos comestibles, no hay datos que demuestren la presencia de estos árboles en la India cuando se citó al Kalpavriksha en los Vedas, textos datados en el siglo XX a.d.C.
• Algunos investigadores sostienen que se trata de la Palmera Palmira, Borassus flabellifer. Esta especie, aunque autóctona de la India, también es propia de Indochina y Melanesia. Es una planta de múltiples utilidades, sus frutos dan alimento y medicinas, su tronco y hojas se emplean para construir y como combustible. Sin embargo, son de troncos muy altos, rematados por un penacho de varias docenas de hojas, lo que no le habilita para ser considerado un árbol de generosa sombra.
• Otros creen que es el baniano, ficus benghaliensis. Es nativo del subcontinente indio, sus frutos son comestibles y su sombra es realmente espectacular: Debido a la producción de troncos aereos que acaban por enraizarse en el suelo, un solo ejemplar puede cubrir hectáreas y vivir innumerables siglos.
Y si eso fuera poco, concedió al sabio Siddhartha Gautama, que se cobijó bajo él, su más preciado deseo, alcanzar la iluminación, convirtiéndose, así, en el primer Buda de la Historia.
Si quieres ampliar tus conocimientos sobre Criptobotánica, te aconsejo la lectura del post: » Plantas fantásticas y dónde encontrarlas (II)«.