Setas Alucinógenas. I . Amanitas.

No siempre los biólogos comprendemos las razones de la Naturaleza. Por lo general,
interpretamos que las características de los seres vivos son una adaptación al medio donde viven y que suponen una ventaja evolutiva en la lucha por la supervivencia. A veces, hay propiedades de los organismos que aparentemente no siguen esta regla.

Puede ser que el conocimiento científico, aunque sea el único fiable, está limitado por nuestra condición humana y no puede alcanzar todos sus objetivos.

Quizá sea porque, cuando le apetece, la Naturaleza es caprichosa. Los organismos adquieren propiedades que, aparentemente, son indiferentes a la viabilidad de la especie. Dicho de otro modo, ni suman ni restan.

La presencia de sustancias psicoactivas en los hongos está dentro de las cosas que no hemos podido comprender aún.


Las Amanitas:

Cuando hablamos de Amanita nos referimos una categoría taxonómica, género, que incluye a más de 600 especies diferentes. Estos hongos permanecen la mayor parte del año enterrados en el sustrato, siendo tan solo, una madeja de filamentos o hifas, constituyendo la parte vegetativa o micelio. En ciertas epocas del año, mayormente en otoño, se forman las estructuras reproductoras o setas.

En el género Amanita, y en los más conocidos por el público, las setas tienen forma de sombrilla, cuya parte inferior presenta un tejido organizado en láminas que genera esporas. Las esporas son diseminadas por el aire, el agua o los animales y si encuentran el medio adecuado generarán un nuevo micelio.

Este sombrero está sustentado por un pie cilíndrico adornado por un anillo y rematado por una vaina bulbosa llamado volva.

Hay amanitas con grandes cualidades gastrónómicas, como es el caso de Amanita caesarea, con un precio de mercado que rara vez baja de 100 euros el kg. Otras son mortales, como Amanita phalloides incluso ingeridas en pequeña cantidad (15 gramos) resultan mortales. En la foto, la seta asesina, con sombreros amarillo-verdosos.

Las especies con sustancias alucinógenas son dos: Amanita muscaria, en la portada del blog, de sombrero rojo y escamas blancas sobre él, y Amanita pantherina. Ambas son típicas de zonas forestales del Hemisferio Norte, donde crecen hayas, pino negro, abedules o abetos. Estos hongos viven asociados a las raíces de estos árboles a los que suministran agua y sales minerales a cambio de alimentos orgánicos. Fructifican en otoño, sobre el suelo, formado agrupaciones en las proximidades de los troncos. En la fotografía, Amanita pantherina, semejante a la anterior, pero con sombrero pardo-grisaceo.

Historia y curiosidades:

En la Roma clásica este género era muy conocido en las cocinas y como droga recreativa. Amanita caesarea, si traducimos del latín al castellano, significa » Amanita de los césares«, haciendo referencia a lo valorada que era en la mesa de los ricos y que debido a su escasez y precio no estaba al alcance de todos los bolsillos. Esta especie podía confundirse con otras del género, de ahí que se utilizaran a los esclavos como probadores de comida y evitar, en la medida de lo posible, que el patricio fuera envenenado con un apetecible plato de setas.

En la imagen, la seta de los césares. Obsérvese que sus láminas y pie son amarillos y el sombrero es liso. En el resto de las especies las láminas y los pies son blancos. No debemos fijarnos exclusivamente en las tonalidades de los sombreros, a veces la lluvia los decolora.

Amanita muscaria recibe este nombre debido al efecto que ejerce sobre las moscas. Estos insectos se sienten atraidos por el aroma y el color de la seta. Cuando se posan sobre ella, se quedan inmóviles durante un buen rato sobre ellas, aparentemente muertas. Pero no es así, al poco rato se espabilan y se van volando, quizá más felices que cuando aterrizaron.

Los romanos estraían esta cutícula y la mezclaban con vino, como también hacían con el opio, y pasaban ratos muy agradables.

Si por casualidad confundieramos esta seta con la anterior para hacernos un guiso no es muy preocupante, el calor adormece sus poderes alucinógenos y tóxicos. La dosis mortal es de 15 kilos por persona. El problema está si la confundimos con Amanita phaloides o Amanita virosa, mortales en cantidades ínfimas. En la fotografía Amanita virosa, completamente blanca y de olor desagradable.

Amanita muscaria está considerada como droga enteógena, dicho de otro modo, que su consumo está relacionado con las creencias religiosas.

En 1730 se documentó en la cultura koryak, un pueblo emparentado con los esquimales afincado en la Península de Kamchatka, en la Siberia Oriental. Una leyenda nativa cuenta que un héroe, Gran Cuervo, capturó una enorme ballena que luego no pudo devolver al mar. El dios Vahiyinin le aconsejó que comiera wapaq (la seta en cuestión) para lograr la fuerza necesaria. Complacido con su éxito, pues pudo regresar el cetáceo a su medio, Gran Cuervo aconsejó a su pueblo el consumo del hongo para triunfar en las tareas difíciles.

R.G. Wasson, un especialista en etnobótanica, afirmó en 1968 que se puede identificar Amanita muscaria con el soma, una mitológica sustancia muy importante en los ritos religiosos de la India Védica. Muchos autores no están de acuerdo con este estudioso. Es muy rara la presencia de esta seta en el subcontinente indio y en el más antiguo de los Vedas (libros sagrados) el Rig-Veda habla que el soma se obtenía de la orina de los sacerdotes que habían ingerido leche.


Efectos alucinógenos:

Las sustancias responsables de los poderes psicotrópicos son el ácido isobuténico, la muscarina y el muscimol. Actúan a nivel de las conexiones neuronales, pero también afectan al intestino y el hígado.

Aunque no crea adición psíquica o física no es una droga inocua y es preciso andarse con cuidado. Si la dosis es demasiado grande puede producir el estado de coma. Su efecto es mucho más fuerte seco que en fresco. Los romanos lo sabian y utilizaban tan solo la cutícula fresca.

En caso de ingestión involuntaria es preciso acudir cuanto antes al médico, a ser posible con un ejemplar de la seta lo más íntegro posible.

Durante mi estancia en la Universidad todos los otoños mis profesores eran consultados con frecuencia por los centros hospitalarios en casos de envenenamiento con setas. Estos principios activos también se encuentran en otras especies de hongos como Inocybe y Clytocybe. En la fotografía, Inocybe acuta.

El que consume Amanita muscaria y A. pantherina siente en primer lugar una gran sensación de felicidad, habla o canta sin interrupción y puede realizar esfuerzos físicos con facilidad. Después llegan las alucinaciones, puedes ver a personas inexistentes o modificar la percepción de los objetos. Si la dosis es grande al estado de euforia inicial sobreviene un estado de calma y somnolencia. El que la ingiere se duerme y experimenta sueños extraños y muchas veces cree que se refieren a sucesos futuros.


Algunos conocidos me han contado que han hablado con entidades del Más Allá durante el «viaje» que han experimentado gracias a estas setas. Lamento no tomármelos en serio. Yo soy un escéptico y por culpa de mi formación académica, creo más en la Bioquímica que en la Magia. Nadie es perfecto.

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