¿Droga americana en el Antiguo Egipto?

En 1992 la doctora en toxicología Svelta Balabanova (Institute of Forsenic Medicine de Ulm, Alemania) descubrió en una momia egipcia de la dinastía XXI restos de nicotina y cocaína. Se trataba el cuerpo de una reina, Henut Taui, fallecida hace 3.000 años.

La comunidad de egiptólogos sufrió un terrible extremecimiento. El hallazgo no concordaba con los hechos históricos aceptados. La coca y el tabaco provienen de América y en esa época era imposible, dada la capacidad náutica de entonces, ningún tipo de comunicación entre África y las lejanas tierras de donde son originarias las plantas que de las que proceden dichos productos. En la fotografía, el tabaco, Nicotiana tabacum.

Se hicieron análisis en otras momias y por otros científicos. Volvieron a encontrarse nicotina y cocaína, incluso en el cuerpo de Ramsés II. Los egiptólogos no salían de su asombro. Se propusieron diferentes interpretaciones:

Flora ancestral:

La flora actual no tiene que ser la misma que hace 3.000 años. Es cierto que el conjunto de especies botánicas (flora) de un determinado lugar cambia a lo largo del tiempo. Unas especies desaparecen y otras ocupan su lugar. En este proceso intervienen varios factores: migraciones naturales o provocadas por los humanos, evolución y extinciones.

Los partidarios de esta hipótesis afirman que en el Antiguo Egipto o lugares próximos crecían plantas de coca, Erytroxylon coca (en la fotografía) y de tabaco, Nicotiana tabacum. No hay pruebas que avalen esta opinión. Fuera de algunas momias no hay restos arqueológicos de estas plantas ni documentos escritos, ya sean papiros, inscripciones murales o referencias de los autores griegos y romanos, herederos de los conocimientos egipcios. En la imagen, una planta de coca.

Comercio transoceánico:

Esta hipótesis es la favorita de los conspiranoicos. Animados por pseudocientíficos y periodistas falsarios sostienen que tanto los científicos como historiadores, presuntamente serios y documentados, están engañando a la humanidad, obedeciendo a una conspiración universal de la que participan políticos y la élite económica. Los que manejan la opinión pública no quieren que se sepan las grandes verdades. Por ejemplo:

• La existencia de civilizaciones anteriores a las ya conocidas, como puede ser La Atlántida, que han inspirado a todas las demás.

• La presencia de extraterrestres, algunos de ellos reptilianos, en todos los acontecimientos históricos. La humanidad es demasiado imbécil para haber ideado las pirámides por su cuenta y otras muchos otros avances tecnológicos.

Según estos señores, los intercambios culturales y materiales, eran cosa común entre egipcios y mesopotámicos con incas, aztecas y mayas. Todos ellos construían pirámides, tenían dioses con superpoderes (claramente alienígenas) y sabían demasiadas cosas para su época.

Lo que no aclaran los partidarios de esta hipótesis es si los viajes eran en barco, en ovni o un simple teletransporte al estilo Star Trek porqué no hay pruebas objetivas que los avalen.

Contaminación por manipulación incorrecta:

Los primeros egiptólogos, poco más que ladrones de tumbas, no eran como los actuales, metódicos y escrupulosos. Usaban explosivos en las excavaciones y trataban las momias sin ningún tipo de protocolo. Los indicios apuntan a que fumaban, bebían y esnifaban mientras trabajaban, sin usar guantes, mascarillas, ambientes estériles o cualquier otro tipo de precaución.

La cocaína no fue declarada ilegal hasta 1920. Su uso como estimulante cerebral semejante al de la cafeína era común entre intelectuales y científicos. El doctor Sigmund Freud hablaba de sus virtudes y hasta los personajes de ficción la empleaban, entre ellos el mismísimo Sherlock Holmes. Los egiptólogos no eran de una especie distinta.

Fragmento del relato » El signo de los cuatro» de Arthur Conan Doyle, donde Watson se dirige a Holmes:

––¿Qué ha sido hoy? ––pregunté––. ¿Morfina o cocaína? Holmes levantó con languidez la mirada del viejo volumen de caracteres góticos que acababa de abrir.

––Cocaína ––dijo––, disuelta al siete por ciento. ¿Le apetece probarla?

––Desde luego que no ––respondí con brusquedad––. Mi organismo aún no se ha recuperado de la campaña de Afganistán y no puedo permitirme someterlo a más presiones.

Esta sustancia fue sintetizada, a partir de la hoja de coca, a mediados del siglo XIX en Alemania. Me resulta difícil pensar que hace 3.000 años los egipcios dispusieran de la materia prima y conocieran el proceso.

También se ha encontrado cannabis en las momias, lo cual no es nada extraordinario. El cáñamo se cultiva en las tierras del Nilo desde los orígenes de Egipto e incluso antes. De él se obtenía un fibra vegetal muy útil para tejer cuerdas y de sus jugos perfumes, sustancias medicinales y productos útiles para la momificación.

Hace muchos años se pensaba que el «polvo de momia», producto resultante de su trituración, era un efectivo medicamento. Menudo cocktail: Hueso molido, piel reseca, vendas descompuestas, carbonatos, todo lo que hemos dicho antes y a saber qué más. No creo que nadie lograra curarse de nada, pero se vendió estupendamente. Hay mucho vicio en el mundo.

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