El Apocalipsis y Stephen Hawking. In Memoriam.

El científico y pensador Stephen Hawking, recientemente fallecido, sostenía que la humanidad se enfrentaba a tres terribles problemas que podían suponer, en un plazo relativamente corto, la eliminación apocalíptica de la especie Homo sapiens. Hawking, poseedor de un sentido del humor muy peculiar y gran ateo, bromeaba de forma muy pedagógica sobre un venidero apocalipsis, que poco tiene que ver con la mitología católica, el día de la bestia cornuda y el puñetero anticristo.

No por eso provocan menos horror las profecías del genio de la voz sintetizada que la de los psicópatas beatos. Veamos cuáles son:

• EL CALENTAMIENTO GLOBAL: Si no se detiene la emisión de gases de efecto invernadero, consecuencia de una actividad industrial insensible al medio ambiente y particularmente por el abuso de los combustibles fósiles (carbón, gas y petroleo), llegará un momento en que será imposible la existencia de vida en el planeta. En un planeta sometido a cientos de grados centígrados y a constantes lluvias de ácido sulfúrico, si hay algún tipo de actividad biológica, desde luego no será tal y como la conocemos ahora.

Los detractores de la posibilidad del cambio climático, entre los que se encuentran los cantamañanas conspiranóicos y los científicos a sueldo de las multinacionales energéticas, sostienen que las fluctuaciones climáticas han sido habituales en la historia geoclimática del mundo, es más, afirman que se aproxima una nueva glaciación. Esta claro que ni sus intelectos ni su ética son las de Stephen Hawking. En caso de duda, os propongo el reto de comparar las capacidades mentales del británico de la silla de ruedas con la del americano Donald Trump, líder de los negacionistas.

• LA VISITA DE EXTRATERRESTRES: Hawking opinaba que habíamos cometido un gran error indicándole a las posibles civilizaciones extraterrestres la localización de nuestro Sistema Solar y de nuestro planeta. En las sondas espaciales Voyager y Pioneer figuran mapas cosmológicos donde se explica, a quien se las encuentre en los vacíos siderales, como llegar hasta nosotros. El sabio inglés cree que el contacto de una civilización cientos o miles de años más adelantada que la terrestre puede ser semejante a lo que ocurrió cuando los europeos descubrieron América.

La catástrofe fue de tal índole que murieron millones de indígenas, incluso etnias enteras y las culturas existentes se disolvieron en la nada. Los indios que sobrevivieron al acero y las enfermedades occidentales, se les fueron arrebatadas las tierras, convertidos a religiones incomprensibles y transformados en sirvientes de los colonizadores. Aquellos que se rebelaron, como los pieles rojas norteamericanos, lo pagaron caro. Según Hawking, nadie nos garantiza que los alienígenas sean buenas «personas» y vengan en son de paz. Tendrían que ser todos como el Sr. Spock.

• LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: En la actualidad la inteligencia artificial está dando sus primeros pasos. Es cuestión de tiempo que los cerebros electrónicos adquieran capacidades equivalentes a las de los humanos. Conducir vehículos, diseñar máquinas, enseñar a los niños en las escuelas… Ahora mismo ya lo hacen, pero no como entidades autónomas y, a veces, de forma poco acertada. Hace pocos días un vehículo conducido por inteligencia artificial atropelló y mató a una persona que viajaba en bicicleta, pese a ir controlada por un humano. Sin duda dentro de 100 o 200 años los circuitos electrónicos pensarán por si mismos y podrán tomar sus propias decisiones. Los ridículos robots de hoy en día (que cuando con torpeza bajan una escalera se considera una hazaña) serán verdaderamente operativos y la inteligencia artificial tendrá cuerpos que podrán actuar como los humanos. Entonces nos sustituirán en muchas tareas, como policías o soldados, médicos o profesores, políticos o vendedores.

Hawking opina que nada les impedirá prescindir de sus creadores, en sus circuitos no existen la idea del bien o del mal. No seremos necesarios para ellos, a lo sumo como mano de obra barata. Nos devolverán la jugada, los amos serán los criados y viceversa. Como en las películas de terminator, las insensibles máquinas se rebelarán contra débil humanidad. Poco podremos hacer para defendernos. Con suerte, algunos acabaremos en zoológicos para entretener a los niños-robots.

Stephen Hawking era un hombre comprometido con el futuro de la humanidad y su bienestar. Podía haberse limitado a ampliar o rebatir las teorías de Albert Einstein, a sumergirse en el microcosmos cuántico o a explicar los agujeros negros. Sin embargo, prefirió mojarse y provocar la ira de muchos. Nunca colaboró con proyectos armamentisticos y optó por la divulgación del conocimiento. No quiso limitarse al olimpo universitario y lo pudimos disfrutar, para regocijo de los frikis, en nuestras series favoritas de televisión, en el alucinante vehiculo espacial de Star Trek o sacando de quicio al insufrible Sheldon, de Big Bang Theory.

Ójala pueda viajar desde el pasado y vuelva a nosotros en el futuro. Gente como tú es imprescindible.

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