Los marinos europeos surcaban mares desconocidos buscando metales nobles, perlas y piedras preciosas… Pero también buscaban otros tesoros, las especias. Las aburridas cocinas del mundo occidental habían descubierto un nuevo mundo de sabores y olores desde hacía tiempo, sobre todo gracias al comercio de los mercaderes árabes, que imponián elevados precios a sus mercancías, provenientes de los exóticos países del este asiático, bañados por aguas desconocidas.
Por tierra, el comercio era difícil y costoso, era preciso cruzar peligrosos países y caminos inciertos, en particular, La Ruta de la Seda. Eligieron el Mar, un medio más rápido y aunque no estuviera exento de dificultades, permitía transportar un gran volumen de producto, mucho más que a lomos de camellos y otros animales de transporte. Así fue como nació La Ruta de las Especias, donde los europeos, sin necesidad de intermediarios, podrían acceder a las riquezas de Oriente.
Ingleses, portugueses, holandeses, españoles dirigieron sus naves hacia el inexplorado Océano Índico. La oscura y casi interminable Edad Media, tocaba a su fin y era preciso descubrir aguas y tierras incógnitas. Los viajes duraban años y muchos barcos nunca regresaron. Para llegar al Índico era preciso bordear África hasta el cabo más meridicional del continente, el Canal de Suez no estaba abierto y todavía Colón no había trazado la ruta del Oeste.
La canela:
Era una de las especias más cotizadas, usada para platos dulces y salados, en bebidas y medicinas. Favorece el sueño de los niños, alivia las quemaduras en la lengua, falicita las digestiones y es un potente afrodisíaco. Actualmente se sabe que es buena para enfermos de diabetes, regulando los niveles de glucosa en sangre, y que baja los niveles de colesterol.
La canela es la corteza interna de un árbol que inicialmente sólo crecía en Sri Lanka (Ceilán), una isla al sur del subcontinente indio y de ahí fue introducida en otros muchos lugares, siempre que fueran muy cálidos y lluviosos. El Árbol de la Canela, de nombre científico Cinnamomum verum, alcanza 15 metros de alto (en griego Kinnamomon significa «madera dulce»). Las hojas de esta especie son ovaladas y puntiagudas en los extremos, con el dorso brillante y cinco nervios longitudinales de color anaranjado. Las flores son verdes o blancas, poco llamativas.
El aroma de la canela es un «aceite esencial», compuesto por aldehido cinámico, eugenol y ácido cinámico.
El producto puede comercializarse en forma de canutillos de corteza (en rama) o molido.
La pimienta:
Originaria de la India y artículo de lujo en occidente fue traída por primera vez a Europa por Alejandro Magno. De sabor picante y con capacidad para conservar alimentos la hicieron muy apreciada, siendo hoy en día un condimento imprescindible.
Aunque muchas otras especias reciben el nombre de pimienta por su semejanza, sólo podemos considerar como tal a los frutos de una enredadera de hojas lanceoladas, llamada por los botánicos Piper nigrum. Estos frutos cuando aún no están maduros son la pimienta verde, cuando están a medio son la pimienta negra y cuando la maduración está completa tenemos la pimienta blanca. La sustancia química responsable de sus propiedades culinarias es la piperina, que se degrada con el aire y la luz. Esta especia también tiene poderes medicinales, habiéndose usado para tratar la gonorrea y la bronquitis.
En posteriores entregas hablaremos de otras exóticas especies (vainilla, nuez moscada, macis, cayena, pimenton, clavo, azafrán…) algunas de ellas compañeras de viaje de la canela y la pimienta.
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