Greenpeace vs. Administración, la Batalla del Agua

En el reciente informe realizado por la organización ecologista Greenpeace sobre la sequía en la Península, ha sembrado la polémica en el país, particularmente en Murcia y Alicante, provincias regadas por el Río Segura. La organización rechaza la utilidad del Trasvase Tajo-segura, uno de los emblemáticos proyectos de la era del desarrollismo franquista. Según ellos, el agua está mal administrada por diversas razones:

• Las canalizaciones del trasvase dejan los recursos hídricos en mitad del camino debido a las pésimas instalaciones que no impiden las filtraciones.

• La abundancia de campos de golf y piscinas de agua dulce desvían agua de otros usos prioritarios.

• La excesiva conversión de secanos en regadíos no es sostenible. Es necesario adecuar las especies cultivadas a los recursos disponibles..
• La explotación de pozos ilegales, particularmente los que están cerca de la costa, que merman las aguas freáticas dulces y dejan que las aguas salobres ocupen los acuíferos. Se sigue regando con estas aguas y el suelo se saliniza después de varios años de cosechas, hasta que se vuelve estéril e hipersalino.

Debido a la sequía actual no se puede recurrir a las aguas del Tajo y la administración plantea la alternativa de la desalinización, pero a Greenpeace y a los ecologistas no les convence, afirman que no se han realizado estudios serios sobre el impacto que producen sobre el ambiente:
• Las praderas de poseidonia, fundamentales para mantener la calidad del agua marina y la reproducción de especies, muchas de ellas de importante valor pesquero, sufren con las aguas supersalinas que vierten al mar las plantas desaladoras y están desapareciendo a ritmo vertiginoso.

• Afean el litoral, ya bastante castigado por los delirios urbanísticas de la época del ladrillo.

• Consumen mucha energía y el agua producida alcanza precios disparatados, difíciles de pagar por agricultores y particulares.

• El Mediterráneo tiene serios problemas de salinización en toda su extensión y tiene el enorme riesgo de convertirse en un charco estéril y contaminado.

Por último, la gente de Greenpeace, dice que el Plan Hidrológico de la Cuenca del Rio Segura, encargado por las autoridades de Murcia y Alicante, no sé adecua a los hechos. Los políticos, interesados en los trasvases, las desalinizadoras y los sobres bajo la mesa, ocultan la presencia de aguas subterráneas suficientes para compensar el déficit actual.
La Administación ha puesto el grito en el cielo. Desautoriza completamente los estudios de Greenpeace, a los que acusa de fantasías interesadas. Según ellos, una multitud de trabajos efectuados por universidades, la Confederación Hidrográfica del Segura y técnicos cualificados, indican que se está haciendo lo correcto:

• No existen esas aguas subterráneas de las que hablan los pseudocientíficos de Greenpeace.

• La calidad del agua, dulce y salada, es fantástica. Por ejemplo, el Segura en su paso por Orihuela o el Mar Menor,  grandes ejemplos de limpieza.

• Las desaladoras son maravillosas, incluso aquella que ha costado 500 millones y no está en marcha, y por supuesto, las praderas submarinas están en su mejor momento. 

• El trasvase Tajo-Segura es cojonudo y que habría que hacer otro más, el Ebro-Segura. El  problema son los manchegos, unos cabrones que no quieren soltar el agua para que los murcianos y alicantinos puedan vivir.

Dejo al criterio de los lectores cual de los bandos enfrentados tiene mayor credibilidad y está más acorde con los intereses del Bien Común…

    

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