Saturno es el segundo planeta más grande del sistema solar, su diametro es once veces mayor que el de la tierra. Formadopor gases, si hubiera un recipiente de agua lo suficientemente grande, flotaría. Aunque no es el único planeta con anillos (Jupiter, Urano y Neptuno también los tienen), los suyos son los más vistosos. Están formados por partículas de rocas heladas, unas pequeñas como granos de arena, otras del tamaño de una casa. Giran, cada una de ellas, en órbitas independientes, a una velocidad media de 48.000 km/h, 15 veces más rápido que una bala. En la fotografía, los anillos vistos desde la sonda Cassinni.
En la mitología clásica, Saturno, es el nombre que los romanos le asignaron al dios griego Cronos, hijo de Urano y Gea.
Se puede observar sin telescopio, pero no distinguiríamos el anillo. El primero que lo vio, fue el sabio Galileo, inventor del telescopio, en el año 1610. Este planeta tarda más de 29 años en darle una vuelta completa al sol y 10 horas en girar sobre sí mismo. Es un sitio muy frío, las temperaturas medias son inferiores a – 130°C, siendo el quinto planeta más lejano de nuestra estrella. Los gases de su superficie forman franjas de distinta coloración y se agitan en poderosos vientos de hasta 450 m/segundo de velocidad. No es un planeta, de ningún modo favorable para la vida. Carl Sagan, el gran divulgador de la astronomía, imaginó como podrían ser los habitantes de un planeta gaseoso en su obra Cosmos. Lo vemos en esta fantástica ilustración.
Donde no alcanzan los telescopios desde la Tierra llegaron las sondas espaciales (Voyager, Cassinni, Ulysses). Mandaron multitud de fotografías y mediciones que aún están siendo interpretadas, algunas con escaso éxito, como es él caso de una gigantesca mancha de forma hexagonal en uno de los polos del planeta. Los conspiranoicos afirman que es una estructura artificial, obra de una inteligencia extraterrestres, asunto dudoso, si se tiene en cuenta que siendo medianamente inteligentes, nunca hubieran construido tal cosa en semejante Mordor espacial.
Saturno está orbitado multitud de satélites de sonoros nombres: Mimas, Encelado, Tetis, Dione, Rea ,Titán (el más grande), Hiperión, Japeto, Feve…
Al contrario que Saturno, estos cuerpos celestes no son gaseosos y uno de ellos, Encelado, prodía albergar vida. La superficie de este satélite posee una capa de hielo, de la que afloran geíseres de agua líquida debido a sus calores internos, lo que indica que entre la roca y el hielo hay una interfaz de agua líquida, primera e imprescindible condición para que ocurran procesos biológicos semejantes a los de la Tierra. En la actualidad, se están construyendo nuevas sondas, con la misión de depositar un robot sobre Encelado que espie para los terrícolas y que mande datos a la Tierra con la más esperada de las noticias: No estamos solos en el Universo.