Los árboles, esos tipos sin corazón  

Las plantas no necesitan un corazón para vivir, pero eso no significa que no tengan sangre. Esta no es roja, ni siquiera se llama así. Es la savia. Si la sangre, según vaya del corazón a los pulmones o viceversa, se define como venosa o arterial, la savia puede ser bruta o elaborada.

La savia bruta viaja desde las raíces hasta los diferentes tejidos del vegetal.

La savia elaborada se desplaza desde las hojas al resto de la planta.

En ausencia de una musculosa bomba (corazón) que mueva los circuitos de líquidos orgánicos, las plantas ha desarrollado ingeniosas estrategias para suplir esa ausencia. Han superado en eficiencia a los animales. Hay árboles que superan los 100 metros del suelo y pueden llevar el agua del suelo hasta el ápice.

Ningún animal de los que hay ahora o de los que se han extinguido ha sido capaz de superar esta proeza. El Diplodocus, un gigante saurópodo, sólo alzaba su cabeza 12 metros desde el suelo para lo que precisaría una tonelada de corazón como mínimo. Las plantas se han ahorrado tener que construir una máquina semejante, su circulación de líquido es mucho más lenta, pero el mundo vegetal no tiene prisa.

Movimientos de la savia:

Las raíces extraen del suelo agua y sales minerales. A través de unos tubos huecos, llamados xilema, formado por células muertas, la savia bruta viaja como materia prima hasta las zonas verdes, es decir, las hojas o tallos donde hay tejido fotosintético.

Los mecanismos que permiten el desplazamiento de la savia bruta son dos:

• Capilaridad: Cualquier líquido situado en finos tubos tiende a ascender de forma natural. Este fenómeno puede explicar el movimiento del agua en distancias pequeñas, pero de ningún modo en el caso de un gigante arboreo.

Evapotraspiración: Las hojas son capaces de traspirar agua líquida o evaporar agua en forma de gas gracias a unas aberturas situadas en el envés de las hojas, los estomas. La superficie de cualquier masa de agua se convierte en gas. Es lo que se conoce como evaporación. Este proceso se produce de forma espontánea a temperaturas superiores a 0°C. Cuando más alta sea la temperatura la evaporación se producirá con mayor velocidad. La salida de agua por las hojas, sea líquida o gaseosa, genera una presión negativa (succión) en la savia contenida en los tubos conductores capaz de vencer la gravedad y ascender hasta los puntos más altos de la planta.

El movimiento de la savia elaborada:

El desplazamiento de la savia elaborada se efectúa por el floema, una serie de tubos formados por células vivas. El material vivo de estos tubos moviliza los componentes de la savia de una célula a otra, como pequeños corazones y así se transporta a donde es necesaria.

La savia elaborada se produce en los tejidos fotosintéticos y consta de hidratos de carbono, grasas y proteínas. Este coktail es la savia elaborada, que llega a todos los tejidos de la planta que precisen materia y energía.

Los árboles no necesitan corazón. Que a nadie se le ocurra grabar ninguno en sus nobles cortezas.

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