El Mar de Aral hace 50 años fué el cuarto lago más grande del mundo. Situado en Asia Central, cuando se hundió la URSS pasó a formar parte de las repúblicas de Kazaquistan y Uzbequistan.
Las antiguas autoridades soviéticas decidieron desviar las aguas de los dos ríos que lo alimentaban, el Amu Daría y el Sir Daría. Los recursos hídricos se usaron para cultivar arroz, melones, cereales y sobre todo algodón. En su día, la Unión Soviética fue el mayor productor del mundo, como hoy en día lo es Uzbequistan. Los canales de riego que derivaban de los ríos no estaban bien construidos, el 70% del agua se perdía en filtraciones.
Pero ese era el menor de los problemas que ocasionó el boom agrícola. El gigantesco lago, capaz de dar 10000 Toneladas de peces al año, surcando por pesqueros y mercantes, se secó. Un lago del tamaño de media España pasó a tener el tamaño de una provincia. Ahora en su mayor parte es una llanura seca y vacía. Las aguas, antes dulces, son tres veces más saladas que cualquier mar.
Los peces, aves y mamíferos desaparecieron. La evaporación provocó que el lago se redujera, privado del aporte de los ríos, a dimensiones ridículas. Hay puertos abandonados en mitad enormes extensiones de terreno, donde no crece más que una vegetación escasa y degradada, a cientos de kilómetros del agua residual. También se ven los esqueletos metálicos de los barcos, testigos mudos de la gran tragedia ecológica.
Hay un refrán que dice que las desgracias nunca vienen solas. Las aguas residuales no sólo tienen sales de más, también están terriblemente contaminadas. En las orillas del Mar de Aral había una secreta fabrica de armamento biológico y los peligrosos vertidos iban a parar al agua y allí se quedaron. Los restos de los fertilizantes utilizados en el cultivo de algodón también han enriquecido el medio acuático con nitratos y fosfatos en proporciones monstruosas. El clima ha cambiado, los veranos son cada vez más calurosos y los inviernos más fríos. Ya no hay suficiente cantidad de agua para amortiguar estos cambios climáticos tan bruscos.
Los gobiernos de Kazajistán y Ubezquistán están en conflicto con los países donde nacen los ríos que desembocan en el Mar de Aral, que no están dispuestos a que su agua, antes malgastada por los soviéticos, les salve el culo a los gobiernos afectados. Estos países son Kirguistán y Tayikistán.
Pero aún estamos a tiempo, si los países citados y Rusia están dispuestos a colaborar. Será preciso instalar plantas de desalinización y depurración, introducir variedades de algodón que consuman menos agua, mejorar la calidad de los canales de irrigación y lo más importante, trasvasar agua desde los inmensos glaciares de Siberia para reponer toda el agua evaporada del Aral.
Si hay un ejemplo de la falta de previsión de la humanidad respecto a la manipulación del medio ambiente, aquí lo tenemos. No se puede primar el desarrollo económico a cualquier precio, llega un momento en que resulta impagable.
La tierra está plagada de despropósitos ambientales provocados por el Homo sapiens. Irónico que sapiens signifique sabio…
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