La planta más venenosa del mundo

Durante la Guerra de Independencia de España algunos soldados de Napoleón, conocieron a su pesar el tremendo poder de un arbusto de apariencia inofensiva. Usando sus ramas como espetos para asar la carne de unas piezas de caza, ocho de ellos fallecieron en mitad de terribles sufrimientos y cuatro de ellos salvaron el pellejo de milagro. El asesino tenía unas hermosas flores, alargadas hojas verdes y crecía formando un espeso follaje en el cauce seco de una rambla.

Una planta puede ser venenosa para librarse de ser comida por animales o bien porque las adaptaciones fisiológicas al medio le han hecho fabricar sustancias que pueden resultar tóxicas a otros organismos.

El arbusto que, aliado de las tropas españolas, plantó cara a los invasores era conocido como Baladre o Adelfa. En nomenclatura botánica se le denomina Nerium oleander. El nombre del género proviene de Nereo, dios griego de las olas marinas y padre de las ninfas Nereidas.

Originario del Mediterráneo, aclimatado a la escasez de recursos hídricos y de vistosas flores que pueden ser blancas, amarillas, rosas o violetas, actualmente se usa como planta ornamental en países de todos los continentes.

Los frutos son alargados y se abren en dos valvas para que el viento disperse las semillas, que están adaptadas para ello gracias a un penado de finos pelos (vilano).

No todos los animales se envenenan cuando pretenden alimentarse de la adelfas, la polilla conocida como Esfinge de la Adelfa, Daphis nerii, come sus flores sin problemas y sus larvas se nutren con sus hojas.

Todas las partes de la planta son tóxicas, ricas en glucósidos cianogénicos y cardiogénicos (oleandrina). Estas tóxinas afectan básicamente las funciones respiratorias, cardíacas y digestivas.

• Los síntomas por su ingestión aparecen varias horas después. Consisten en taquicardia, arritmia cardiaca, dolor abdominal, diarrea sangrante, vómitos, ataxia motriz, disnea y finalmente la muerte.

• El polvo seco de tallos y hojas se ha usado para fabricar matarratas.

• En el ámbito rural, las hojas verdes mezcladas con miel y aplicadas en la piel, se usaban para combatir la sarna. Estas mismas hojas, maceradas esta vez, son un remedio tradicional contra la caspa.

• También se utilizaban para combatir plagas en los sembrados de garbanzos y alubias. Colocando tallos de adelfa cortados entre las matas, estos repelen a los parásitos.

En tierras españolas hay un dicho popular: «Eres más malo que el baladre«, utilizado cuando se le quiere reprochar a alguien una actitud inadecuada o una mala voluntad ante su prójimo.

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