La fauna del periodo Mesozoico, dominada por dinosaurios, tiene mucha más fama que la flora, gran desconocida para el púbico, propenso a maravillarse con los animales exóticos e ignorar al mundo vegetal. El Mesozoico o Era Secundaria comenzó hace 252 millones de años y acabó hace 65 millones de años, cuando cayó el meteorito en el Golfo de México y se produjo la extinción en masa de los dinosaurios y otras especies. Este periodo biogeológico se subdivide en tres intervalos temporales: Triasico, Jurásico y Cretaceo, en orden de antigüedad.
En el Mesozoico, las temperaturas medias del planeta eran más altas que en la actualidad, los hielos polares estaban muy reducidos, dominando en el planeta un clima lluvioso subtropical, abundante en bosques y mayor porcentaje de oxígeno que en la actualidad. Los continentes se desgajan del único y primitivo continente, Pangea. Asia, América del Norte y Europa permanecen unidas. En el Hemisferio Sur, África, América del Sur, India, Austalia y la Antártida se individualizan. Este último continente, aún se encuentra a miles de kilómetros de su ubicación actual en el Polo Sur.
El estudio de los árboles del Mesozoico demuestra que está época apareció el ciclo estacional, alternandose veranos e inviernos, como se ve en los anillos anuales de crecimiento, anteriormente inexistentes.
La flora dominante en los abundantes bosques corresponde a un grupo llamado Gimnospermas, son plantas con semillas, pero con unas estructuras reproductivas antecedentes de las flores, aunque todavía no pueden ser consideradas como tales. Algunas de estas especies, a la manera de fósiles vivientes, sorprendentemente, han llegado hasta nuestros días con escasas modificaciones:
Sequoia: Pariente de los cipreses, su distribución actual es menor que en el periodo de su aparición, limitándose a la costa pacífica de Norteamérica. Puede alcanzar 115 metros de altura y ocho metros de diámetro en el tronco, lo que le pone en el podio del árbol más grande de todos los tiempos. Aunque son muy longevos, hasta los 3000 años, no hay, desgraciadamente, ejemplares del Jurásico. El nombre de este gigante es un homenaje al jefe indio cheroqui Secuoyah.
Gingko: Sin parentela actual. Cuando la comunidad científica consideraba que este árbol estaba estinguido, fue encontrado en un remoto paraje de China. Tanto en la medicina tradicional china como en la farmacopea actual se le considera una planta con múltiples usos medicinales. Las enfermedades que trata son embolías, fibrosis quística, alzeimer, parkinson… De su ubicación en China se expandió, usada como planta ornamental, por todo el mundo. Cuando en el año 1945 cayó una bomba atómica en Hirosima y la arrasó, a la primavera siguiente, el primer brote verde de la zona cero era de Gingko. Un milagro de la Naturaleza, que fue más fuerte que el Apocalipsis provocado por los juguetes humanos.
Araucaria: Este fósil viviente, pariente de los pinos, antes distribuido globalmente, se encuentra en América del Sur y en Australia. Es de alto porte y pequeñas hojas escamosas. Charles Darwin, en 1835 durante su viaje como naturalista del Beagle encontró un bosquete de 52 árboles de este dinosaurio botánico.