Todos somos mutantes

En los cómics de Marvel los mutantes son una minoría de humanos con superpoderes, unos vuelan, otros regeneran sus heridas y son inmortales, los hay que controlan mentes ajenas, los que cambian su aspecto… Pero, de nuevo, la realidad supera a la ficción. Todos somos mutantes. Si no fuera así, aún seríamos organismos unicelulares.

La evolución ocurre cuando una alteración del material genético produce individuos diferentes a los esperados y esta diferencia les da ventajas adaptativas. No todas las mutaciones son favorecedoras, la inmensa mayoría generan individuos no viables. Los agentes mutantes desorganizan los códigos. Si cambiamos el orden de las letras en una palabra, el resultado no siempre tiene sentido. Las instrucciones genéticas funcionan del mismo modo.

En la palabra CASA si modificaramos el orden, podría ser CSAA, SCAA, ACSA,AASC… Pero sólo tendría sentido la palabra SACA.

 Si el abecedario del castellano tiene 25 letras, el código genético del ADN tiene cuatro, correspondientes a unas moléculas llamadas bases nitrogenadas, Adenina, Guanina, Citosina y Timina, representadas con las letras A, G, C y T. Las «palabras» también  tienen cuatro letras y además con las palabras puedes formar «frases», que serían los genes.

Por ejemplo, imaginemos que estamos investigando una verruga en la nariz, heredada de nuestro padre. El responsable está en un cromosoma, uno de los libros, donde hay muchas frases. Los humanos poseemos veintres libros y además por duplicado. Si queremos que nuestra descendencia no sea verrugosa es preciso:

• Saber en qué par de cromosomas o libros, de los veintitrés, está el gen o frase que buscamos.

• Conocer en qué página del libro o fragmento de cromosoma se encuentra.

• Hallar las palabras y deletrearlas.

• Traducirlas.

• Por último, modificarlas, ya sea en óvulos o espermatozoides y cruzar los dedos para que no nos hayamos equivocado y el niño nazca con cinco ojos. Cuando los genetistas trabajan para multinacionales sin escrúpulos o con fines armamentísticos y juegan a dioses, pueden ocurrir y están ocurriendo cosas peores.

El 99’99999…% o más de las mutaciones espontáneas ( sin intervención humana) son disfuncionales o irrelevantes y el porcentaje restante son las transformaciones adaptativas . Pero en el transcurso de la evolución, que ya dura casi 4000 millones de años, muchas mutaciones han sido exitosas y de ahí viene la inmensa cantidad de seres vivos de diferentes formas y capacidades. La Naturaleza se toma su tiempo, por eso, ahora que el secreto del ADN ha sido revelado, conviene ser extraordinariamente prudentes.

Si la energía nuclear es un peligro, el conocimiento de la genética no lo es menos en manos de locos con carnet, se llamen Putin, Trump o los jefes de estos. Lo que puede ser la mayor revolución de la humanidad, para erradicar enfermedades o el hambre, se puede convertir en nuestra tumba definitiva. Un poder tan grande precisa de una ética mayor. De momento, a todos nos vendría bien leer Un Mundo Feliz de Aldous Huxley y dejar de comer o fumar productos transgénicos e ingresar, como consecuencia de ello, en el Sindicato de los Monstruos.

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