Hamburguesas de colores

Las dioxinas y los furanos envenenan nuestra comida. Están presentes en toda la naturaleza, son muy persistentes y de difícil biodegradacion. Siguiendo la cadena alimenticia pasan de un organismo a otro, comenzando con los herbívoros y acumulándose en los últimos eslabones, los que ocupan el vértice de la pirámide trófica. Los humanos las adquirimos principalmente cuando comemos productos cárnicos, en particular, grasas. Los vegetarianos y veganos tienen en este caso un argumento muy importante a la hora de defender sus hábitos alimenticios. En las últimas décadas la cantidad de éstas peligrosas sustancias en el medio ambiente ha aumentado exponencialmente y hay ciertas zonas donde sus efectos han afectado la salud pública. El fenómeno aumenta sin control alguno.

Químicamente se formulan como policlorodibenzofurano (PCDF) y policlorodibenzodioxina (PCDD) y aparecen en procesos de combustión donde esta implicado el cloro.

Se producen por causas naturales y como subproductos de actividades industriales.

CAUSAS NATURALES:

• Erupciones volcánicas.

•Incendios forestales, que a consecuencia del cambio climático e intereses  ilegítimos están a la orden del día.

PROCESOS INDUSTRIALES:

• Fabricación de papel, en particular el blanqueamiento con cloro (otro motivo  más para vigilar esta turbia industria pirómana y apostar por el papel reciclado).

• Incineración de basuras y residuos, sin ejecutar los protocolos adecuados. La gestión de las basuras viene a ser, más o menos, el Coño de la Bernarda, nadie hace lo que se debe hacer y poco se habla del tema. Las mafias tienen profundas raices en este tipo de actividades.

• Producción de herbicidas y plaguicidas, el Agente Naranja cargado de dioxinas en la Guerra de Vietnam y un millón de víctimas es un triste ejemplo. Pero no sólo aparecen dioxinas como subproductos de la elaboración de armas biológicas, los fabricantes no tienen el cuidado que deben. Les saldría menos rentable el negocio. Mientras tanto, fumigamos nuestras cosechas con sustancias indeseadas.

• Fundiciones: Como en el caso anterior, es necesario utilizar procedimientos que reduzcan al máximo estos subproductos .

Cuando animales y humanos acumulan ciertas cantidades mínimas aparecen los problemas de salud. El impacto no es de fácil evaluación, las dioxinas y furanos están muy extendidas en los ecosistemas y actúan en bajas concentraciones. Sin embargo, sabemos que causan abortos, bajada de la fertilidad y del número de crias; también malformaciones de la descendencia. Son causa de cánceres, desarreglos hormonales y alteraciones del sistema inmunitario. Hoy en día no conocemos con exactitud el alcance de los daños, pero los datos objetivos son bastante pesimistas. Como siempre, un sistema político putrefacto tiene que adoptar medidas correctoras y de vigilancia alimenticia. Otra vez más, tenemos al zorro cuidando de las gallinas.

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