Hoy lunes 26 de junio del año 2017, las llamas cercan Doñana.
El agente causante no son rayos de tormenta veraniega, un meteorito del Cinturón de Asteroides o una nave extraterrestre estrellada.
¿Ha sido un accidente? ¿ Una torre eléctrica?, ¿un vehículo sin frenos?, ¿un teléfono suicida?
Quizá una imprudencia. Una colilla arrojada desde un coche en marcha. La fogata clandestina de algún excursionista cocinero. Rastrojos quemados a destiempo y sin los permisos correspondientes.
No podemos excluir que el incendio sea un acto voluntario.
Está claro que puede ser la obra de un demente, pero en España hay más incendios forestales que casos psiquiátricos diagnosticados. Los números no cuadran.
¿Quién contrata la mano que mece la llama?
Lista de posibles beneficiados:
• Promotoras urbanísticas.
• Mafias agrícolas.
• Entramados energéticos.
• Entidades bancarias.
• Propietarios de los terrenos recalificables.
De los cómplices no hace falta ninguna lista. Son los de siempre, los que se venden por votos y dinero. Los que recortan el sueldo de los bomberos y avisan al ejército con retraso. Aquellos que cobran por representarnos y cuidar del bien común. Los que mandan falsos mensajes de tranquilidad y control.
Cuando los bomberos digan como se originó este último desastre o la autoridad detenga al peón de la partida, espero que por una vez paguen los verdaderos culpables. Sin embargo, me bastaría con una ley que prohibiera la recalificación de bosques quemados. Seguro que los siniestros descenderían vertiginosamente y los casos diagnosticados de piromanía, también.