Los Romanos y el Opio

Los ciudadanos del Imperio Romano eran gente de buen comer y mejor beber. El vino era su bebida alcohólica favorita. La cerveza era cosa de egipcios, la consideraban una variante del agua sucia. El vino era lo suyo, tenían un dios para él, Baco. Expandieron el cultivo de viñedos por todo su territorio, las tierras que bañan el Mare Nostrum.
El vino que se elaboraba entonces es diferente al que ahora consumimos. No se conservaba mucho tiempo, su sabor no era agradable. Solían mezclarlo con agua y otros elementos. Miel, plantas aromáticas, especias. Pero no sólo pretendían mejorar el sabor, también le añadían sustancias embriagadoras. Uno de los aditivos era la cutícula de una seta alucinógena, Amanita muscaria, pero hoy hablaremos del opio.


El opio se extrae de un amapola gigante, la adormidera, de nombre científico, Papaver somníferum. La planta que hoy se cultiva mayoritariamente en Afganistán y Paquistan, tiene su origen en la cuenca mediterranea. Es una resina oscura que se recolecta de unas incisiones realizadas en la cápsula del fruto. Los romanos lo consumían mezclado con vino caliente. El producto, perfectamente legal, se adquiría en cualquier mercado. No se ha encontrado ningún documento donde se hable de consecuencias nefastas, pero sí de sus efectos beneficiosos. Curaba el insomnio, mitigaba dolores crónicos, controlaba la ansiedad y no ocasionaba problemas adictivos o sociales, siendo asequible a todas las clases sociales.
Muchos cientos de años más tarde, el opio se convirtió en una fuente inagotable de conflictos:

• La Guerra del Opio ( 1836- 1842 ). Gran Bretaña contra China. El Gobierno chino, alarmado ante el auge de fumaderos y un porcentaje considerable de la población en estado zombi, con una terrible dependencia, decidió prohibir su importación. Los británicos cultivaban en sus colonias, India, Paquistan y Afganistan, la adormidera y no estaban dispuestos a perder el negocio. Gran Bretaña ganó la guerra y China se vio obligada a tolerar dicho comercio.

• En las guerras europeas del siglo XX los heridos eran tratados con un derivado del opio, la morfina. Hubo una avalancha de adictos y alguien inventó, a modo de remedio, otro derivado, la heroína, verdadera enemiga de la humanidad. Actualmente esta adicción se trata con otra sustancia del mismo origen, la metadona. Traficantes e industrias farmacéuticas, trincando a medias.

• Afganistán lleva muchos años sumergido en una guerra sin fin, donde ha intervenido todo cristo, incluida España. El pastel a repartir se llama adormidera. El 90% de la heroína consumida en las alcantarillas de Occidente, proviene de allí.

Que cada uno saque sus propias conclusiones. Mi opinión es que cuando las drogas salen de su entorno cultural o geográfico y los especuladores aparecen en escena, ocurre lo peor.

No es lo mismo ser un inca y mascar hoja de coca a 4000m en los Andes, que esnifarse una raya de cocaína en un retrete.

En las reservas indias de Norteamérica el 80% de los nativos son ahora alcohólicos, beben el agua de fuego de los rostros pálidos.

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